Día Redondo
Miércoles 4 de enero de 2006, a las 10:00am salíamos desde Curicó con destino al sector de Manantiales y Carrizales en la cordillera curicana. Era un paseo por el día, en automóvil, para marcar el camino hasta allá y conversar con un propietario de la zona.
Todo bien hasta llegar a Los Queñes, en ese punto se debía pedir una llave a la cual esperamos al rededor de 20min porque tenían que pasárnosla y poder empezar a subir.
El camino va por el lado norte del Río Claro. El camino está lleno de portones que impiden el acceso al público, hay que ser conocido por alguien de los propietarios para poder subir por ahí, esperemos que cuando esté listo Senderos de Chile podamos acceder por estos lugares con mucha responsabilidad.
Uno de los tantos portones estaba junto a una casa, que no estaba en los cálculos y del cual no teníamos llave; habían dos perros en el lugar, indicio de que ahí vivía gente pero que en ese momento no se encontraba. De acuerdo esto el grupo se separó: 2 en la camioneta buscarían la llave visitando casas que estaban más abajo y los otros 3 caminaríamos hacia arriba esperando encontrar la casa en la cual estuviera la llave, nuestro guía recordaba que 5km más arriba estaba la casa que buscábamos.
Luego de caminar al rededor de 1 hora, disfrutando del paisaje y tomando unas cuantas fotos al fin llegamos a la casa, en un paisaje espectacular, en donde un caballero nos dijo que eran los cuidadores de ese lugar pero que la llave del portón la mantenían en la casa de abajo (junto al portón), y quizá su hijo cuando despertara de su siesta podría acompañarnos a buscarla pero no era seguro.
Esperamos media hora a que nos dieran alguna otra respuesta pero lo que nos dijeron es que nosotros visitaríamos a los propietarios de un fundo más arriba y las reglas decían que "quien te invita, te abre" así que ellos no podían hacer nada (como si las llaves fueran diferentes... en fin!). Además estaban trabajando (y eran 4) y no podía faltar uno, que tendría que ausentarse por 1 hora para ir camino abajo a abrir el portón. En esto llegaron los otros dos que habían dejado la camioneta abajo; como "todo se soluciona en esta vida" hicimos trueque, 3 de nosotros se quedarían ayudando a trabajar y el cuidador bajaría con los otros 2 en busca de la camioneta y abrir el portón. Así es que ¡¡¡A cargar fardos se ha dicho!!!, cargamos y descargamos un coloso con fardos de alfalfa para animales, lo hicimos rápido y fue entretenido, cuando nos levantamos ese día ninguno pensó en trabajar en el campo cargando fardos a un coloso, después con alfalfa hasta en los bolsillos esperamos a que llegaran nuestros compañeros que luego de haber caminado 2 horas llegaron con la camioneta para seguir el camino.
Luego nos topamos con un tractor al cual minutos después tuvimos que seguir camino abajo para pedir la llave de un tercer portón que nos impedía la pasada más arriba.
Pasado este incidente pudimos llegar sin problemas hasta el final del camino, desde donde mirando hacia el SE, se puede apreciar el volcán El Planchón ( 35°14'24.00"S, 70°34'12.00"W).
Al final no encontramos a quien buscábamos pero tuvimos la experiencia de haber vivido un día especial, en donde percance tras percance todo se pudo solucionar con la voluntad de los participantes y la gente del lugar. Disfruté de las historias contadas en el camino mientras íbamos en auto, luego caminamos al rededor de 1 hora por lugares de admirados paisajes, trabajamos en el campo cargando fardos, y al final estuvimos admirando los nevados cordilleranos desde el sector de carrizales pasando por manantiales, un punto privilegiado.
En resumen ... un día redondo y la última foto es de unos habitantes del lugar...
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